La proporción de pacientes afectados es aún mayor entre los que toman fármacos antiinflamatorios o inhibidores de la COX-2 para tratar su artrosis
Todavía se tienen poco en cuenta las comorbilidades y factores de riesgo asociados a la artrosis y no se percibe un riesgo incrementado en la prescripción de determinados fármacos
Son las principales conclusiones de un nuevo estudio de cohortes de base poblacional realizado por el Instituto de Investigación en Atención Primaria Jordi Gol y la Universidad de Oxford, presentado en el Congreso anual de la Academia Americana de Reumatología
La artrosis es una enfermedad crónica de las articulaciones que se asocia en la población a otras afecciones como la hipertensión arterial, la obesidad o la diabetes.
Un nuevo estudio de cohortes de base poblacional realizado por el Instituto de Investigación en Atención Primaria Jordi Gol y la Universidad de Oxford, presentado en el Congreso anual de la Academia Americana de Reumatología (ACR) de San Diego, concluye que más del 50% de los pacientes diagnosticados de artrosis presentan hipertensión arterial y casi el 20% diabetes tipo 2, en el momento del diagnóstico. Además, se ha observado que la proporción de pacientes afectados es aún mayor entre los que toman fármacos con un potencial efecto deletéreo sobre el riesgo cardiovascular, como los antiinflamatorios o inhibidores de la COX-2.
“En el estudio nos hemos dado cuenta de que la percepción del riesgo asociado al uso de antiinflamatorios e inhibidores de la COX-2 sobre el riesgo cardiovascular es baja. Así, por ejemplo, el uso de inhibidores de la COX-2 aumentó rápidamente en los primeros años de lanzamiento, aunque su uso se frenó en 2008 tras la publicación de alertas al respecto. Sin embargo, en nuestros datos, el uso siguió aumentando en los años 2009 y 2010.”, afirma el investigador principal del estudio, el Dr. Daniel Prieto-Alhambra, de la Universidad de Oxford.
Otro de los datos que se reflejan en el trabajo es que el 75% de los pacientes toma dos o más fármacos durante el primer año después del diagnóstico de su artrosis. Concretamente, un 25’5% toma dos fármacos y un 54% tres o más fármacos. “Estas cifran sugieren que, a menudo, los pacientes artrósicos están polimedicados. Además, la mayoría tienen una baja adherencia y cumplimiento. Todo esto hace difícil extrapolar los resultados de eficacia y seguridad de estos medicamentos obtenida en ensayos clínicos a las condiciones de práctica clínica real”, añade el Dr. Prieto-Alhambra.
Objetivos y metodología
El estudio pretendía evaluar el uso de los diferentes medicamentos que se utilizan para la artrosis (cuáles son los más utilizados, cómo se combinan entre ellos y qué adherencia hay al tratamiento) y las comorbilidades asociadas a cada grupo de fármacos.
Para ello se utilizó la base de datos SIDIAP (el Sistema de Información para el Desarrollo de la Investigación en Atención Primaria) que contiene historias clínicas procedentes de más de 3.400 médicos de atención primaria de Cataluña, y que proporciona información representativa del 80% de la población catalana, más de 5 millones.
Se incluyeron todos los nuevos pacientes diagnosticados de artrosis entre los años 2006 y 2010, de más de 40 años, y se estudiaron los fármacos antiinflamatorios, inhibidores de la COX-2, analgésicos, sysadoa y opioides.
En total, se identificaron 238.536 nuevos casos de artrosis. La mediana de edad de los nuevos pacientes fue de 67 años y más del 80% presentaba sobrepeso u obesidad. El 17’4% tenía tres o más articulaciones afectadas, siendo las más frecuentes las rodillas (40.3%), las manos (15’8%), la columna (14%) y la cadera (12’7%).
El estudio se ha presentado en el simposio “Pronóstico y tratamiento de la artrosis de rodilla”, organizado por Bioibérica Farma y que forma parte del programa educativo del Congreso Anual de la Academia Americana de Reumatología.