Dolor, inflamación... A Andrew Schorr, un americano residente en Barcelona, le detectaron dos coágulos de sangre en sus piernas y así salvó su vida...
Andrew Schorr, Fundador de Patient Power
Hace unos tres años, iba al gimnasio todos los días y de repente sentí un dolor en mi pierna derecha. Pensé que me había dado un tirón muscular a causa del ejercicio. Pero el dolor iba en aumento, hacía estiramientos y el dolor no desaparecía. Y empeoró…y yo cada vez estaba más preocupado.
Llamé a mi seguro para hablar con una enfermera. Le describí lo que me pasaba y le dije: “Probablemente será un tirón”. Y ella me dijo: “No lo sé…me gustaría que hablara con el doctor”. El doctor me llamó y le dije: “Creo que me ha dado un tirón, ¿no cree?”. Y me contestó: “Quiero que vaya a urgencias”. “¿A urgencias? Pero si esto no es una urgencia…”, dije. Y me respondió: “Le tienen que hacer una resonancia de su pierna porque puede que tenga un coágulo”.
Fui al hospital, les conté lo que el médico me había dicho por teléfono, me hicieron una resonancia en mi pierna derecha y otra en mi pierna izquierda. Y les pregunté: “¿Por qué me hacen también una resonancia en mi pierna izquierda?”. Y me dijeron que tenía que ser así. Encontraron un coágulo de sangre en mi pantorrilla derecha. Mi pierna estaba caliente, inflamada y me dolía. Y yo que pensaba que era una lesión y ¡tenía un coágulo! En mi pierna izquierda no tenía dolor pero me encontraron otro coágulo justo encima de la rodilla.
En urgencias me administraron heparina y me contaron que era para controlar el coágulo. Después, una vez ingresado, me tenía que administrar pequeñas inyecciones en mi barriga, con una aguja muy pequeñita. Una vez en casa, me las seguí poniendo, creo recordar que cada día. Lo hacía así, con un pequeño pinchazo, en sólo treinta segundos. No era una gran molestia y me hacía sentir muy seguro.
Una de las enfermeras del hospital me explicó que si no conseguíamos disolver los coágulos, podría tener una embolia pulmonar y morir. Estaba asustado y, a la vez, contento por tener el tratamiento adecuado para salvar mi vida.
A pesar de ser un fármaco centenario, la heparina sigue siendo uno de los medicamentos esenciales de la medicina y sobre todo de la cirugía moderna, pero además, se están investigando posibles aplicaciones en malaria, cáncer o fertilidad.
Cada vez es más frecuente el uso de heparina en el embarazo para evitar complicaciones tromboembólicas, abortos o retrasos de crecimiento fetal. En esta historia, Mónica nos cuenta como gracias a la heparina, pudo llevar su tercer embarazo a término.
Desde su fundación en 1975, Bioibérica se ha focalizado en la producción de heparina. La empresa entendió que éste era un principio activo imprescindible para la salud humana y que era importante poder ofrecer las máximas garantías de seguridad, calidad y trazabilidad.