A finales de septiembre de 2016, los principales especialistas en glicosaminoglucanos se reunieron para discutir el futuro de la heparina en el Simposio del Instituto Ronzoni, y tuvimos la oportunidad de hablar con algunos de ellos. En esta entrevista, el Sr. Shriver habla de los esfuerzos recientes para desarrollar técnicas de caracterización molecular y aplicarlas al control de la heparina.
Zachary Shriver, División de Ciencias de la Salud y Tecnología del MIT-Harvard
De lo que voy a hablar hoy es de los esfuerzos realizados últimamente para aplicar las técnicas de caracterización a nivel molecular al control de la heparina, para garantizar que la heparina es segura. Esto es consecuencia de lo sucedido a principios de 2008 cuando, desafortunadamente, la heparina se mezcló con un contaminante denominado condroitín sulfato hipersulfatado y que, por desgracia, provocó algunas reacciones graves en personas a las que se les administró heparina y en último término probablemente derivó en el fallecimiento de algunos pacientes. Yo formé parte del equipo que desarrolló la caracterización mejorada y las medidas de control de calidad que contribuyeron a hacer que la cadena de suministro de la heparina fuera segura.
¿Qué métodos se utilizan actualmente para garantizar la calidad y la seguridad de la heparina?
Existen diversas técnicas, incluidos métodos mejorados, para medir la actividad de la heparina en el tubo de ensayo… formas mejoradas de observar la estructura de la heparina, como el uso de la llamada resonancia magnética nuclear, y también aplicando diferentes métodos de cromatografía. Los usos han sido concebidos realmente para ser métodos de una relativa alta capacidad para observar múltiples lotes de heparina y asegurarse de que superan los parámetros de calidad centrales, de manera que puedan ser liberados y administrados a los pacientes y, en último término, con la esperanza de que contribuyan a la seguridad de la cadena de suministro.
¿Podría volver a ocurrir una contaminación cruzada?
Bueno, no puedo decir que no vaya a ocurrir nunca jamás. Lo que diría es que en estos momentos sería muy, muy difícil que un contaminante como el condroitín sulfato hipersulfatado volviera a entrar en la cadena de suministro de la heparina. Y no me refiero únicamente a los métodos analíticos de los que hablábamos, sino también a cómo muchas autoridades reguladoras se han asegurado de que a nivel de fabricación haya trazabilidad y medidas de salvaguarda de la cadena de suministro. Y luego también diría que ha aumentado nuestra habilidad para monitorizar señales en la clínica. Así que, por estos motivos y probablemente por otros que no he mencionado, como la confluencia de grupos procedentes de la academia, de la industria y de las autoridades reguladoras, realmente han ofrecido este tipo de respuesta integral, que ha resultado muy gratificante.
A pesar de ser un fármaco centenario, la heparina sigue siendo uno de los medicamentos esenciales de la medicina y sobre todo de la cirugía moderna, pero además, se están investigando posibles aplicaciones en malaria, cáncer o fertilidad.
Cada vez es más frecuente el uso de heparina en el embarazo para evitar complicaciones tromboembólicas, abortos o retrasos de crecimiento fetal. En esta historia, Mónica nos cuenta como gracias a la heparina, pudo llevar su tercer embarazo a término.
Desde su fundación en 1975, Bioibérica se ha focalizado en la producción de heparina. La empresa entendió que éste era un principio activo imprescindible para la salud humana y que era importante poder ofrecer las máximas garantías de seguridad, calidad y trazabilidad.